Museo del Palacio Al-Manyal

En 1899, el Príncipe Mohammed Ali Tawfiq fundó un museo en un escenario fascinante. Los jardines que había adquirido son un conjunto de árboles exóticos traídos de diversas partes del mundo y distribuidos con una estética admirable.

El motivo para iniciar esta institución fue su intención de conmemorar y eternizar las artes islámicas. Por ello, su colección es considerada una de las más importantes del mundo. Sus piezas reflejan un período crucial de la historia moderna de Egipto. Además, aborda con precisión la vida de los miembros de la realeza.

Situado en el marco inspirador de la naturaleza que habita los parques, el Palacio se distingue de otros museos debido a su arquitectura. Los estilos Marroquí, Pérsico y Sirio se combinan para formar una obra excepcional, de belleza indescifrable.

La gran puerta de ingreso es de estilo medieval, digna de los castillos de entonces, e incluso posee terrazas para los guardias. La fachada está inspirada en las mezquitas iraníes del siglo XIV.

La planta se divide en 11 secciones, que componen dos exposiciones. La primera se desarrolla en el salón de los espejos, el salón azul, la sala del hogar y el salón arabesco, entre otros. La segunda fue dispuesta en el dormitorio del príncipe, la sala de las joyas y el balcón interno desde el cual se observa la sala de los espejos.

Manuscritos antiguos, piezas textiles, alfombras, candelabros y objetos de cristal son algunos de los principales componentes de la exposición. Los muebles que visten el palacio también son representativos de la cultura islámica y del arte otomano.

La torre del reloj es una atracción interesante del palacio: desde su cúpula, puede observarse otra gran torre, la torre de El Cairo, un emblema de la ciudad. El salón del Trono es también un lugar sorprendente, de diseño otomano.