Impresionante catedral hecha de ladrillo, que se comienza a construir en el 1282 y se acaba en 1480.
El templo de Albi está emplazado sobre el río Tarn, en tiempos medievales se extraía de el lecho del río una arcilla roja que se empleaba para fabricar ladrillos. A esto se deve la caractrística tonalidad rojiza de la Catedral de Albi.
Es conocido el hecho que en la catedral de Albi existe un enorme contraste entre su arquitectura exterior y la decoración interior.
Este hecho es muy peculiar, pues es una de las pocas iglesias que se construyó con fortificaciones, este diseño respondía a la necesidad de defenderse de los Cátaros, pensamiento agnóstico, que en época medieval, amenazaba con extenderse en el territorio francés, aunque habían sido supuestamente erradicados hace más de 100 años.
En el interior de la catedral hay obras de arte magníficas, que le han llevado ser una de los templos más visitados por turistas en Francia. Entre las atracciones destacan: el órgano, las pinturas italianas realizadas sobre el interior de las cúpulas, la representación pictórica del Juicio Final, y las 217 esculturas, conservadas con sus colores originales, que adornan toda la iglesia.
Anterior al Palacio de los Papas de Aviñón, el Palacio de la Berbie, hoy sede del Museo Toulouse-Lautrec, es uno de los castillos más viejos de Francia y uno de los mejores...