Faro de Trafalgar,
Na construcción blanca de 1860 levantada sobre el llamado Tómbolo —monumento natural que incluye el cabo de Trafalgar y su unión con tierra firme por medio de un escuálido istmo—. Es, en definitiva, nuestro guía a seguir si queremos alcanzar la playa Faro de Trafalgar. Su mayor atractivo, aparte de la belleza del paraje en que se inscribe, es histórico a más no poder. En las mismas aguas que la bañan se produjo, en el contexto de la guerra anglo-española de principios del siglo XIX, la archiconocida batalla homónima. Aunque el faro no presenció esta contienda, sí lo hizo su vecina torre almenara, la cual permanece en la zona desde tiempos de Felipe II. Y si superamos el cabo de Trafalgar, al otro lado encontraremos la localidad de Caños de Meca y su playa homónima, ideal, entre otras, para la práctica de kayak o de nudismo.
Playa de la Zahora
Playa de la Zahora
Playas de Cádiz ciudad
Playa de La Caleta
A la hora de hablar de las playas que posee Cádiz capital, conviene separar La Caleta del resto. Básicamente por su situación en el mapa, la cual dista mucho de las otras tres playas principales. Separada, como está, del continente por un estrecho canal, la ciudad de Cádiz reserva un lugar excepcional para esta playa en el extremo norte de la llamada ‘Tacita de Plata’, la diminuta península en la que se inscribe. Custodiada a cada lado por los castillos de San Sebastián y Santa Catalina, esta diminuta playa aparece salpicada de innumerables barcas pesqueras. Para más inri, su arenal blanco y sus atardeceres rojos han inspirado no sólo a multitud de comparsas, sino también películas de renombre como Alatriste. Una obligación para todo aquel que viaje a Cádiz.
La Caleta
La Caleta
Playas de Santa María del Mar, de la Victoria y de Cortadura
Por su parte, las otras tres playas principales de la capital gaditana —playa de Santa María del Mar, playa de la Victoria y playa de Cortadura— descienden hacia el sur por la pared atlántica. En orden de enumeración, cada una es una prolongación natural de la anterior. Por ejemplo, la pequeña playa de Santa María del Mar —también conocida como “la playita de las Mujeres”—, nos recibe encajada entre dos espigones, a fin de evitar su erosión. Gracias a sus buenas olas, es habitual ver surfistas en ella.
Por su parte, las playas de la Victoria y Cortadura ofrecen longitudes mayores, con varios kilómetros en su haber. Gracias a la calidad de sus arenas y de sus aguas, han sido premiadas con la bandera Q de Calidad Turística y, además, disponen de numerosos chiringuitos y bares esparcidos por todo el paseo marítimo. En el tramo de la playa de Cortadura, de hecho, se encuentra un valor añadido en su cordón de dunas, salvado hasta en tres ocasiones por curiosas pasarelas de madera elevadas